Corría el año 1973 cuando el Arq Manuel Diaz Rivera estaba en búsqueda de un lugar al cual pudiera mudar a su familia y desarrollar un hogar. Después de visitar Tijuana y Ensenada, llegaron a La Paz… pero Don Manuel y toda su familia, no encontraron una habitación donde dormir, por lo que terminaron durmiendo en casa del taxista. Al día siguiente les comentaron que en una comunidad pesquera al sur de la ciudad había habitaciones, por lo que abordaron una avioneta y en un par de horas llegaron a Cabo San Lucas. El resto es historia.
Hoy, martes 8 de Septiembre de 2015 se cumplen 40 años de cuando el Arq Manuel colocó la primera piedra de lo que se convertiría no sólo en su hogar, sino el de centenares de familias. A través de los años, lo que para muchos fue un sueño disparatado se ha convertido en un estilo de vida tranquilo y lujoso, en donde cada calle y recoveco atestigua el desarrollo de una comunidad unida, donde su playa ha sido escenario innumerables sonrisas y eventos familiares, pero sobretodo, un lugar al cual hoy en día generaciones enteras llaman hogar. Esto es Pedregal de Cabo San Lucas.
Y quien mejor para relatarnos su historia sino el hijo mayor del arquitecto fundador, Manuel. Acompáñenme para que nos cuente cómo era la vida en ese entonces.
¿Cuál era la visión del Arq Manuel respecto a Pedregal?
La visión fundamentalmente era cambiar el ajetreado día a día de la ciudad de México por un lugar de mayor calidad de vida y desarrollar una comunidad privada que fuera patrimonio no sólo para nosotros, su familia, sino para todos quienes vivieran en ella.
¿Cómo es que se decidieron por Pedregal?
En el primer viaje conocimos al amigo de un amigo que nos presentó con los señores Bulnes. En esa ocasión no pudimos conocer todo el terreno, por lo que nos regresamos a México. Poco después volvimos sin el arquitecto, recorrimos la montaña y cuando el pudo volver, estábamos seguros de que habíamos encontrado lo que tanto estuvimos buscando.
¿Cómo comenzaron?
Se inició la gestión de compra, y a la par, el arquitecto comenzó a desarrollar un plan y anteproyecto donde consideraba las calles a trazar, áreas verdes, los terrenos y todo lo necesario para el desarrollo.
Llegamos en ferry, y comenzamos. Lo primero que se hizo fue una caseta que servía de casa, oficina, bodega… ¡De todo! Eventualmente esta construcción se hizo una casa y posteriormente fue vendida y es muy agradable ver que aún sigue en pie.
¿Cuáles fueron sus principales retos?
La mano de obra y material. Nuestros viajes a La Paz eran no sólo para comprar despensa, sino también para adquirir todo: desde clavos hasta cemento, varillas y cal.
Como la comunidad era pequeña, muchos de ellos trabajan en la hotelería o en la empacadora, por lo que trajimos maestros albañiles del interior de la república, mientras que otros tantos iban y venían diario desde Miraflores.
¿Cómo los recibió la comunidad?
¡Con los brazos abiertos! No había más de 1000 2000 personas, todos nos conocíamos y apoyábamos. Si pudiera te contara de la cantidad de ocasiones que a la hora de la comida éramos invitado por las familias a comer en su casa, o incluso a dormir. Muchas veces dormimos en el techo de la bodega… no por falta de casa, sino por la increíble serenidad del área. El romper de las olas a distancia y un cielo tapizado de estrellas eran la mejor forma conciliar el sueño después de un largo día.
¿Entonces, estaban limitados en los servicios?
Si y mucho. Aun cuando la población contaba con los servicios básicos, para nosotros si era un ir y venir diario con camiones y tinacos de agua. A diario me podrías ver cargando sacos de cemento y apoyando en tareas tan sencillas o complicadas como fuera necesario.
Me imagino entonces que el cambio de la ciudad a una pequeña población debió haber sido duro y significativo
Para muchos si… pero jamás para mí. Desde que llegué aquí no me he arrepentido ni un momento en dejar la ciudad con su tráfico, contaminación y ritmo tan acelerado. Yo aquí podía disfrutar de la naturaleza y es donde he formado una familia. Cabo y Pedregal, son mi hogar.
¿Conforme fue creciendo el desarrollo y la ciudad, qué otros cambios vinieron?
Los Cabos desde siempre fue un lugar privilegiado por su pesca y hotelería, conforme ambas actividades se fueron desarrollando, mayor turismo comenzó a conocer e invertir en el área. Gracias a la urbanización, al desarrollo de la carretera y a la infraestructura urbana de calidad, el avance fue significativo en poco tiempo. En Pedregal desarrollamos amenidades y servicios que fueran acorde a la demanda. Lo que lo ha distinguido de las demás comunidades es su ubicación dentro de la ciudad y frente a la marina, cerca de todos los servicios y con una playa maravillosa.
Después de 40 años Pedregal y Cabo San Lucas han cambiado… ¿Cómo ve el futuro de la comunidad y del área? En comparación con otros destinos Los Cabos sigue siendo una comunidad pequeña, pero tenemos todo y mucho más de lo que se puede necesitar: atención médica de calidad, infraestructura social y de transporte, educación con reconocimiento internacional para todos los niveles y sobretodo, una calidad de vida que te permite trabajar y disfrutar el día a día.
Pedregal de Cabo San Lucas continúa siendo la única opción residencial de valor dentro de la ciudad y a unos cuantos pasos de la marina y centro. Como desarrolladores velamos por su bienestar y plusvalía a través de pequeñas grandes cosas que van desde mejoras en la imagen hasta el desarrollo de amenidades que apoyen en la vida diaria de los residentes. Gran parte del sueño del arquitecto se ha realizado si, pero aun nos queda un productivo camino que recorrer.
Para mayor información sobre el estilo de vida y las oportunidades inmobiliarias en Pedregal de Cabo San Lucas, envíenos un correo a info@pedregal.com